Nunca aprendí a tocar ningún instrumento. Algo lo intenté. Pero la habilidad y el talento me fueron negados.
Todos los días escucho música. Rock, tango, jazz, pop, folclore, clásicos, menos clásicos. Todos los días escucho todo tipo de música. Soy adicto a ello, al punto que el silencio debería sentirse ofendido.
Día tras día fui coleccionando canciones, ritmos y letras. Hasta que decidí perder la vergüenza. El 4 de noviembre del 2022 contacté, por primera vez, a Pedro. Y me atreví a enseñarle algunas melodías que había grabado, rústicamente, en mi teclado digital. Y le pregunté: “¿Crees que se pueda hacer ‘música de piano’ con estas pistas?”. Desde entonces, hemos construido una asombrosa colaboración a distancia.
Hoy, dejo aquí el primer sencillo de lo que esperamos se convierta pronto en algo mayor.
Sonata que atardece
Escúchala aquí:
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